Aquí de nuevo otra vez.
Aquí entre un cielo que se torna negro y violáceo, por el color de las nubes y por la tormenta que parece que hoy me acompaña.
Aquí sentado contra una ventana mirando el azul oscuro del mar y de las olas que se agitan violentas.
Parece que hoy el clima quiso formar parte de mí.
Hoy, que sale a relucir mi mundo de
Silent Hill interior, el otro lado de mi alma
Éste lugar en dónde cuando empieza a sonar una chirriante campana todo cambia.
Las sonrisas se ensombrecen.
Los ojos no son capaces de sostener una mirada.
La fuerza se pierde escurriéndose por el desagüe.
La calidez se torna fría.
Todo lo que no es, es.
Y todo lo que es no es.
El sentido se llena de ilícitas paranoias.
Aquí, en éste mundo, dónde la seguridad se esfuma y la desaparición de una sonrisa hace que el sonido de la alarma se redoble y comienze a expandirse el Miedo...
Dando lugar así a la aparición de horribles monstruos y criaturas que vagan encadenadas entre estas calles dónde los edificios están quemados, abandonados, dónde puede respirarse a olvido y dejadez, incluso si te acercas un poco más podrás sentir el
dolor que guardan sus carcomidas paredes.
Y así camino yo...esperando a mi verdugo...a ese cabeza pirámidal pesonal para que venga y yo empiece a correr por esas calles desiertas huyendo de
esa espada que me desea...
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